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No hay que dar muchas vueltas con este estreno.
Baby Driver es la mejor película de acción que vas a ver este año junto con John Wick 2 y es de visión obligatoria para todo amante del género.
En estos días no es sencillo encontrar una gran producción de este estilo que se pueda recomendar en el cine y por eso cuando aparece una propuesta de calidad no hay que dejarla pasar.
Este film además brinda la satisfacción de romper la maldición del director Edgar Wright en la cartelera argentina después de mucho tiempo.
Uno de los realizadores jóvenes más talentosos e interesantes que surgieron en la producción inglesa en esta última década y que se hizo famoso por las inolvidables colaboraciones que brindó con los actores Simon Pegg y Nick Frost.
Lamentablemente en nuestro país siempre hubo problemas con la distribución de sus trabajos y joyas brillantes como Shawn of the Dead (2004), Hot Fuzz (2007) y The World´s End (2013) las tuvimos que disfrutar en dvd.
No obstante, la espera para disfrutar el cine de Wright en la pantalla grande valió la pena porque Baby Driver califica como una de las mejores obras de su filmografía.
Es este caso nos encontramos con una película que parece haber sido concebida para los amantes más acérrimos del cine de acción, de un modo similar a lo que fue Hot Fuzz en su momento.
Baby Driver es como un vino fino para paladares exquisitos que no todo el mundo disfrutará con la misma intensidad.
Es decir, para el espectador que le da igual ver una aberración como XxX 3, con Vin Diesel, que John Wick porque consideran que son lo mismo, el nuevo trabajo de Wright puede resultar una típica propuesta pochoclera.
El amante del cine de acción en cambio la apreciará más porque el director brinda un memorable homenaje a la obra de maestros como John Frankenheimer (Ronin) y Walter Hill (Infierno Rojo), quienes crearon algunas de las persecuciones automovilísticas más impactantes en la historia del cine.
Una cualidad interesante de esta película es que celebra aquellas producciones que se hacían en este género en la década del ´70 y ´80, pero al mismo tiempo es una obra que lleva la firma personal y el estilo de humor de Wright en cada fotograma.
Ansel Elgort, quien previamente vimos en la drama adolescente Bajo la misma estrella y la saga Divergente, en este caso sobresale en el rol de Baby, un héroe de acción diferente.
Un joven que tal vez no tiene las habilidades físicas de John Wick o la violencia de John McClane pero puedo hacer milagros con las persecuciones automovilísticas y tranquilamente podría poner en ridículo a Frank Martin (El transportador).
El personaje se desenvuelve como un digno heredero moderno del anti-héroe que compuso Ryan O´Neal en The Driver (1978), la recordada obra maestra de Walter Hill.
Película que por cierto tuvo una notable influencia en esta producción.
A través de una premisa muy sencilla, Edgar Wright construye un relato impecable y muy entretenido que además incorpora una simpática subtrama romántica.
Las secuencias de acción realizadas con los autos son impecables y evocan a la vieja escuela del género, donde los efectos digitales no arruinaban esos momentos.
Wright ya había demostrado su buen gusto a la hora de abordar tiroteos y persecuciones en Hot Fuzz y en Baby Driver ofrece un espectáculo del mismo nivel.
Una particularidad interesante de este film es que además trasciende por su tremenda banda de sonido y el modo en que la implementó el director en la historia.
A diferencia de Guardianes de la Galaxia 2 y Escuadrón Suicida, que usaban canciones de rock clásicas sin ningún tipo de criterio, para que las películas sean "cool", Wright trabajó la música como un elemento funcional de su narración.
Es decir, a través de las canciones seleccionadas, que incluyen un gran repertorio del género soul, podemos conocer las emociones que siente el protagonista, quien no habla demasiado.
Cada tema que suena en el film expresa emociones determinadas del personaje y la banda de sonido se convierte en una voz más que tiene la narración de la trama.
Dentro del reparto se destacan también Kevin Spacey, Jamie Foxx y muy especialmente Lily James (Cenicienta), quien compone una muy buena pareja con Ansel Elgort.
Baby Driver ya se ganó un puesto entre mis favoritas del 2017 y recomiendo especialmente a los fans del género que la disfruten en una buena pantalla de cine.