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Respeto y pasión por la obra original.
Esos fueron los cimientos sobre los que el director Dennis Villeneuve (Sicario) construyó la esperada continuación de Blade Runner.
El resultado final es magnífico y brinda el mejor cyberpunk que se hizo en Hollywood desde la primera entrega de Matrix, en 1999.
Si bien Villeneuve generaba cierta confianza luego de su labor en Arrival, que fue otro gran exponente del género de ciencia ficción, su nuevo trabajo superó todas las expectativas y ofrece una digna sucesora de la película original.
No es sencillo analizar en profundidad esta producción sin entrar en el terreno de los spoilers, ya que al establecer comparaciones con el trabajo de Ridley Scott (especialmente en el tratamiento de la historia) se revelarían detalles importantes que deberían reservarse para el público que todavía no la vio.
El propio Villeneuve le viene rogando a la prensa de todo el mundo, a través de comunicados, que no se comente demasiado la trama para evitar algunas sorpresas que incluye el conflicto y es algo en lo que estoy de acuerdo. La verdad es que mientras menos información tengas sobre el argumento del film más vas a disfrutar la experiencia que ofrece esta propuesta.
Ya habrá tiempo en el futuro para debatir la evolución de los replicantes y el rumbo que tomaron en esta entrega.
Lo más importante de Blade Runner 2049 es que en ningún momento se siente como una continuación forzada sino que se complementa de un modo muy orgánico con la producción de 1982.
El director Villeneuve tampoco estancó su película en la nostalgia y la continuación tiene su propia personalidad, al mismo tiempo que presenta una visión diferente de ese universo futurista que descubrimos en el trabajo de Ridley Scott.
Un detalle que me gustó mucho de este film es que el argumento retoma el tono de Neo Noir que le había dado Scott a su obra. Sin mencionar spoilers, puedo destacar que el conflicto por momentos me trajo al recuerdo esos cuentos geniales del policial negro que solía escribir Ross Macdonald con el detective Lew Archer, que Paul Newman alguna vez interpretó en el cine.
Como los casos de Archer, Blade Runner 2049 comienza con un hecho policial rutinario que luego se va convirtiendo en una gran pelota de nieve que termina por desbordar a los protagonistas.
El misterio logra ser atrapante si bien el film es mucho menos complejo que la entrega original. No creo que esta película tenga que ser vista varias veces para ser comprendida en su profundidad, debido a que el director fue muy directo en esta cuestión.
De hecho, en ocasiones su relato se vuelve redundante cuando repite conceptos que quedaron clarificados de entrada, como si hubiera tenido miedo que la gente no entendiera la trama. Esto se percibe especialmente en la historia personal del personaje de Ryan Gosling.
Aunque Blade Runner 2049 tal vez no tiene la misma complejidad argumental que el film de Scott eso no la convierte en una película menor.
Dennis Villeuneve hace un gran trabajo a la hora de insertar al espectador en el universo futurista de la trama que esta vez tiene un perfil más oscuro.
La puesta en escena de esta producción te deja sin aliento desde el comienzo y dentro de los aspectos técnicos una vez más Roger Deakins se lleva todos los laureles.
Un director de fotografía que fue nominado 13 veces a los premios Oscar y perdió en todas las ocasiones, algo que es difícil de entender. Si Deakins te sorprendió con la iluminación de la escenas nocturnas de Sicario esperá a ver lo que hizo con las ambientaciones de Blade Runner.
Este trabajo debería otorgarle el Oscar pero es imposible entender los criterios de selección de los miembros de la Academia.
Dentro del reparto Ryan Gosling se carga por completo la película al hombro y es la figura predominante de la historia donde brinda un gran trabajo.
Una particularidad de Blade Runner 2049 es que le otorgó una mayor relevancia a los femeninos, donde sobresalen Robin Right, la cubana Ana de Armas y Sylvia Hoeks en el rol de villana.
Jared Leto cumple con una interpretación correcta pero tiene un papel secundario que no le dio demasiadas chances para destacarse.
En el caso de Harrison Ford si bien tarda en aparecer en el conflicto (a diferencia de lo que daban a entender los trailers), queda claro que el actor le tiene más cariño al ex Blade Runner, Rick Deckard, que a Han Solo.
En esta película se lo puede ver más inspirado que en el Episodio 7 de Star Wars, disfrutando otra vez del papel, y entabla una muy buena dupla con Gosling.
Si tuviera que objetarle algo desde los aspectos técnicos a esta continuación es su duración. Al menos en mi experiencia con el film los 163 minutos se me hicieron por momentos un poco pesados.
Especialmente hacia la mitad, cuando la investigación del protagonista se alarga demasiado y la duración se hace notar.
Una recomendación importante para disfrutar en profundidad Blade Runner 2049 es repasar unos días antes la película de Ridley Scott, ya que la nueva trama está estrechamente conectada con la producción de 1982.
Creo que si tenés bien fresca la primera parte, el film de Villeneuve se aprecia más todavía.
Blade Runner es esa clase de fenómenos artísticos que surgen una vez cada 30 años y en su momento creó literalmente una bisagra en el género de ciencia ficción.
Pretender que la continuación pudiera superar semejante antecedente sería cargar de expectativas a una producción que no se concibió con ese objetivo.
Reitero, Blade Runner 2049 expande y desarrolla este universo de ficción con una propuesta que representa una digna sucesora de un clásico importante del cine.
El próximo proyecto del director será una nueva adaptación de Duna, otro ícono de la ciencia ficción, que previamente fue adaptado por David Lynch.
Luego de ver el nuevo trabajo de Villeneuve, la saga de Frank Herbert no podría estar en mejores manos.