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Michael Dougherty lo hizo de nuevo.
Este director que durante años fue colaborador como guionista de Bryan Singer (X-Men) en el 2007 debutó como realizador con Trick ´r Treat.
Probablemente la mejor antología de terror que se estrenó hasta la fecha en el siglo 21.
Una película que llegó a adquirir estatus de culto y pese a las buenas críticas que cosechó luego terminó directo en dvd por orden del estudio Warner.
En esta ocasión al cineasta le salieron mejor las cosas y su nueva producción, Krampus, es una tremenda comedia de terror navideña que califica entre lo más destacado que llegó a la cartelera este año dentro del género.
Un propuesta muy entretenida que tuvo una fuerte influencia espiritual de Gremlins, el clásico de Joe Dante.
El tono del humor, el tratamiento de los villanos y los momentos de terror claramente se nutrieron de aquel clásico de 1984 que también se desarrollaba durante la Navidad.
En el caso de Krampus el film se basa en una popular leyenda del folclore nórdico que representa a uno de los grandes antíheroes de esta festividad.
Según la mitología, la noche del 24 de diciembre Papa Noel viaja con varios integrantes en su trineo que históricamente fueron ignorados por las publicidades de Coca-Cola.
Ellos son Pedro, el Negro (este paje buena onda siempre fue controversial porque se lo considera un símbolo de la esclavitud), Belnisckel (un hombre enmascarado que le deja golosinas a niños que se portaron bien y castiga con un látigo a los que no fueron tan buenos), Knetch Ruprecht (quien también le da regalos a los chicos y una rama a los padres de los que hicieron maldades para que sean castigados) y el viejo y querido Krampus.
Dentro de este particular equipo Krampus es el miembro al que le tocó bailar con la más fea.
Su labor consiste en castigar a lo niños que tuvieron un pésimo comportamiento durante el año. El monstruo de aspecto aterrador en ese caso se los lleva en una bolsa y los aleja de su padres para siempre.
En Europa según las tradiciones de cada país el perfil del personaje cambia bastante. En Austria, por ejemplo, es considerado una figura más humorística y no es retratado como un villano. En el continente americano la Iglesia Católica se encargó excluirlo de la cultura popular ya que siempre lo consideró una figura pagana demoníaca.
En la película de Michael Dougherty tiene el perfil clásico de anti-héroe y cuenta con algunos asistentes desopilantes que brindan muy buenos momentos en el conflicto.
Desde la secuencia inicial el director establece un sátira de esta festividad y las situaciones que acarrean los encuentros familiares.
Dougherty se toma su tiempo para presentar al Krampus y desarrollar bien a los personajes. Sin embargo, luego que el personaje aparece en la historia, el film se mete de lleno en la comedia de terror y brinda un espectáculo fantástico hasta el final.
A diferencia de Trick r´Treat esta película se encaminó más por el absurdo y no cuenta con grandes situaciones sangrientas. Pese a todo, el Krampus y sus colaboradores tiene muy buenos momentos.
Me encantó esta película porque se nutre muchísimos de las viejas leyendas folclóricas relacionadas con la Navidad y está muy bien lograda desde los aspectos técnicos.
Las secuencias de acción y los momentos de tensión estuvieron muy bien construidos y la película logra mantener el interés del conflicto hasta su sorpresiva conclusión.
Además cuenta con un buen reparto donde sobresalen Adam Scott (La vida secreta de Walter Mitty), Toni Collette y Conchata Ferrell (Two and a Half Man) en el rol de una tía muy especial.
Entre tantas porquerías que vimos este año con las historias de fantasmas, posesiones demoníacas y filmaciones encontradas, Krampus ofrece una propuesta diferente que no va a decepcionar a quienes busquen una gran comedia de terror.