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Las cosas bien hechas.
Es otro mundo cuando nos encontramos con una película de superhéroes dirigida por realizadores que pueden mantener una coherencia narrativa en un relato.
Un conflicto claro con ideas interesantes, escenas de acción impecables, villanos con motivaciones específicas que no son retratados como payasos y lo más importante; los personajes del cómic cobran vida en la pantalla grande sin ser distorsionados con enfoques estúpidos y pseudo-intelectuales.
Ahora bien, así como destaco esto también es justo mencionar lo siguiente.
El 2016 parece ser el año de las exageraciones absurdas en los análisis de la prensa cinematográfica.
Batman vs Superman fue una película decepcionante para muchos espectadores (con fallas severas) pero tampoco es la peor producción del género y el ensañamiento que recibió fue desmedido.
Del mismo modo hay que resaltar que Capitán América: Guerra civil está muy lejos de ser la obra maestra que pintan los críticos norteamericanos, quienes inflaron a niveles grotescos este estreno.
De hecho la película previa del personaje, El soldado del invierno, sigue siendo la mejor de la trilogía.
Ahora bien, si vas al cine con las expectativas moderadas y no comprás el discurso de las reseñas vende humo, "esperando ver la más grande producción de Marvel", vas a pasar un momento magnífico.
La historia presenta una adaptación bastante libre de Civil War, en mi opinión la última obra maestra que brindó esta editorial en los cómics, que presentó un relato fascinante por los debates morales que ofrecía la trama.
En la historieta este conflicto incluyó a todos los personajes de la compañía y en el cine por cuestiones obvias terminó siendo una "mini guerra civil" que se desata entre un grupo de superhéroes.
El gran mérito del nuevo trabajo de los hermanos Russo reside en que lograron contar una historia compleja, que incluía numerosos personajes, dentro de una película que nunca pierde su identidad.
Es decir, aunque intervienen varios superhéroes en la trama en ningún momento el film deja de ser una historia del Capitán América.
Hay que darle el crédito a los directores porque esto no es tan sencillo de hacer.
El conflicto está muy bien desarrollado y expone de manera clara la disputa que se genera entre Steve Rogers y Tony Stark.
Daniel Brühl (Rush) hizo un trabajo más que digno con Helmut Zemo, uno de los villanos tradicionales del Capitán América, que acá se presenta en una versión diferente a la de los cómics. El personaje tiene un perfil más humano y aunque no quede en el recuerdo como un villano memorable al menos sus actos tienen una motivación específica en la historia.
Ojalá en algún momento podramos ver una película de acción de los hermanos Russo fuera del universo Marvel, ya que los directores presentan un gran dominio del género.
Las secuencias de persecuciones y peleas son de primer nivel y brindan momentos fabulosos dentro de esta producción.
Como si esto no fuera poco, los realizadores se dieron el lujo de introducir a lo grande a dos personajes atractivos como Spiderman y Pantera Negra, quienes te dejan con ganas de ver más sobre ellos en este universo de ficción.
La intervención de ambos héroes es mucho más generosa de lo que se esperaba y llegan a brindar muy buenas escenas que logran sacarte una sonrisa.
Mi única objeción con Guerra civil y el motivo por el que no la considero superior a El soldado del invierno pasa por la siguiente cuestión.
Cuando la película terminó sentí que Marvel no se la jugó a fondo con una historia que trascendió en los cómics por el perfil dramático que tuvo el conflicto
La película de los hermanos Russo se cuidó demasiado de no mostrar muertos ni heridos y el espíritu dramático de lo que fue originalmente Civil War acá fue transformado en una versión más Disney.
Es decir, se generan peleas entre los héroes pero la tensión y la violencia nunca llega demasiado lejos porque Marvel apuntó a captar un público familiar en los cines.
Si esta producción hubiera trasladado algunas de las situaciones que se vieron en la historia original de Civil War la película del Capitán América hubiera sido no apta para menores de 18 años y eso no era un negocio para Disney.
En consecuencia, en este momento creo que es mucho más interesante y atractivo el micro universo de ficción que se viene gestando en las series de Netflix con Daredevil y Jessica Jones, que las cosas que viene ofreciendo Marvel en el cine.
En la tele los realizadores tienen la libertad de explorar estos personajes con menos limitaciones y de esa manera ofrecen propuestas para un público más adulto.
Ahora bien, al margen de esta cuestión, Guerra Civil es un cierre más que digno para la gran trilogía que ofreció el Capitán América en estos años y merece ser disfrutada en una pantalla de cine.