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Cercana obsesión es una de las peores películas que vas a encontrar este año en una sala de cine.
Se trata un pseudo thriller que parece haber sido filmado en 1992 para explotar el éxito de Bajos instintos y que terminó perdido en una bóveda durante años hasta que encontraron la cinta hace unos meses.
Hubo un momento en los años ´90 donde este tipo de historias con psicópatas que manifestaban una obsesión enfermiza hacia alguna persona invadieron los cines.
Podemos recordar Obsesión fatal (Kurt Russell), Mujer soltera busca (Bridget Fonda), La mano que mece la cuna (Rebecca De Mornay) y La niñera (Alicia Silverstone), entre tantas otras producciones que surgieron en el mismo período.
El director Rob Cohen intentó evocar este tipo de propuestas en su nuevo trabajo, donde se confirma una vez más la decadencia que atraviesa actualmente su carrera.
Un realizador que en el pasado hizo filmes decentes como Dragón: La historia de Bruce Lee, Corazón de dragón, Daylight (Sylvester Stallone) y la primera entrega de Rápido y furioso.
Luego de aquel film del 2001 sus trabajos posteriores no funcionaron bien en los cines y hoy se dedica a desarrollar estos proyectos clase B que llegan a la cartelera por un milagro del mundo de la distribución.
Cercana obsesión es una película mala completamente previsible que no le aporta ningún enfoque interesante a esta temática y se convierte en una comedia gracias a la actuación de Ryan Guzman.
El actor, que tiene como 30 años e interpreta con poca credibilidad a un estudiante secundario, pasa en apenas dos minutos de ser un galán simpático a un psicópata desquiciado sin ningún tipo de explicación.
Guzman logra que muchas situacioness que deberían generar tensión resulten cómicas debido a su interpretación. Más allá que el guión es malo el casting del protagonista no le hizo ningún favor a este film.
La escena en que el estudiante intenta conquistar a su profesora de literatura con citas de Homero es maravillosa y a partir de ese momento te das cuenta que estás viendo una película mala que divierte.
Jennifer López, quien en el pasado brindó filmes horrendos como Enough y Gigli esta vez presentó una interpretación bastante correcta y la cámara de Cohen se encarga de resaltar sus atractivos físicos en cada escena en la que aparece.
El problema de la película es que la trama es extremadamente mediocre y las acciones del psicópata generan risa cuando debería suceder lo contrario.
En el caso de este estreno no vale la pena invertir una entrada al cine con semejante fiasco que podés encontrar cualquier otro día en el canal The Film Zone.