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En principio este documental es un tremendo logro del director Robert Weide, quien después de perseverar durante muchísimos años logro que Woody Allen aceptara finalmente a ser entrevistado para este proyecto.
En las últimas décadas se escribieron muchos libros sobre el cine de Allen que analiza su obra en detalle, pero no existía un material que permitiera conocer otros aspectos más intimos del artistas como sus métodos de trabajo o su relación con el cine contada por él mismo.
La película ofrece un gran retrato de este hombre que hace más de cinco décadas se encarga de estrenar un nuevo trabajo por año, algo que no es para nada común dentro de este arte aunque lo demos por sentado.
Los propios colegas de Woody lo reconocen en este film porque es algo muy difícil de lograr especialmente cuando es el propio realizador quien escribe sus historias.
El film es muy entretenido y encuentra sus mayores virtudes en el testimonio de Allen y la generosidad que tuvo para abrir las puertas de su casa y mostrarnos los lugares donde nacen sus personajes y proyectos.
Hay momentos fabulosos como el que presenta su máquina de escribir que compró en la adolescencia y con la que sigue trabajando en la actualidad, ya que no usa computadoras.
El film del director Weide se enfoca en los puntos más interesantes de la filmografía de Woody, como la bisagra que representó para él dejar la comedia después de tantos para empezar a explorar el género del drama y su relación con la actriz Diane Keaton que lo llevaron a escribir sus historias pensando más en los personajes femeninos.
No esperen encontrar un análisis profundo de sus películas y su filmografia y mucho menos el escándalo del divorcio con Mia Farrow, porque el director le escapó a esos temas.
Sin embargo, Woody sí se abrió bastante en lo referido a su juventud y la relación con sus padres donde cuenta cosas interesantes. Sobre todo en lo que tiene que ver con su formación como artista.
También se tratan los filmes importantes de su carrera como Annie Hall (1977), Manhattan (1979), Hannah y sus hermanas (1986) y Crímenes y pecados (1989).
Es claro que no fue la intención del director Weide presentar la biografía definitiva de Allen sino un perfil que le permita al espectador conocer detalles inéditos de un artista que le brindó tanto al cine en las últimas décadas.
Para aquellos que disfrutan del arte de Woody vale la pena buscar este documental.