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Hace ocho años que Kenneth Branagh no dirige en el cine proyectos personales.
Su última producción fue Juego macabro (2007), con Jude Law y Michael Caine y desde entonces hizo filmes por encargo para distintos estudios de Hollywood como Thor y Jack Ryan.
La Cenicienta no es una película de Branagh, sino una producción de Disney que contó con la dirección del artistas inglés, que no es lo mismo.
El cineasta que suele abordar estos trabajos con el mismo profesionalismo con el que desarrolla sus producciones independientes, en este caso brindó una excelente interpretación del clásico cuentos de hadas.
El guión escrito por Chris Weitz (director de La brújula dorada) fusiona el relato infantil de Charles Perrault con la historia del film animado de Walt Disney de 1950.
Esta es la trama popular que conoce todo el mundo. La versión más oscura y sangrienta de los hermanos Grimm la pudimos ver hace poco en el musical de Rob Marshall, En el bosque.
Cenicienta tiene una basta filmografía en el cine, cuyo primer antecedente data de 1899 con el famoso corto dirigido por George Mélliès.
Desde entonces se hicieron varias películas. Desde el musical erótico de 1977, dirigido por Michael Pataki, hasta la versión Black Power de 1997 con Brandy y Whitney Houston y la excelente producción de 1998 con Drew Barrimore ,que presentó un enfoque más realista del cuento tradicional.
El nuevo film de Disney apostó a lo clásico con una propuesta que evoca a las viejas producciones live action de fantasía de esta compañía.
El trabajo de Branagh presenta sus mayores virtudes en la soberbia puesta en escena donde sobresale la labor del diseñador de producción Dante Ferretti y los coloridos vestuarios de Sandy Powell, dos clásicos colaboradores de Martin Scorsese.
El realizador inglés también volvió a trabajar con el director de fotografía Haris Zambarloukos, quien previamente fue parte de Juego macabro, Thor y Jack Ryan.
Desde los aspectos visuales la película es extraordinaria y hay un par de escenas donde se nota claramente que Branagh estuvo detrás de las cámaras.
Podemos citar la introducción de los protagonistas en los primeros 10 minutos y la secuencia del baile en el palacio del príncipe a la que el director le dedicó bastante atención.
En lo que se refiere al reparto, Lily James (Furia de titanes 2) resultó una acertada elección para interpretar esta versión clásica de Cenicienta, mientras que Cate Blanchett en el rol de la madrastra y Helena Bonhan Carter como el hada madrina, también tienen algunos momentos destacados.
Carter grabó una buena versión de la clásica canción del film de Disney, "Bibbidi -Bobbidi-Boo" pero no se incluyó en la trama, aunque se la puede escuchar durante los créditos finales.
Afortunadamente el guión de Chris Weitz le escapó al descerebrado panfleto feminista que predicaba Maléfica, donde sólo las mujeres eran inteligentes y nobles y todos los personajes masculinos eran crueles o estúpidos.
El rol del príncipe, que siempre es complicado de trabajar porque los miembros de la realeza son un bodrio, en este caso fue retratado como un héroe romántico más clásico que tiene su propio arco argumental y no está pintado en la trama como ocurría en el film de Angelina Jolie. Un correcto trabajo de Richard Madden (figura de Juego de tronos), quien le puso onda a este personaje y armó una buena dupla con la protagonista.
La escena en que las ropas sucias de Cenicienta se convierten en el famoso vestido de gala seguramente le volará la cabeza a las niñas de seis años que vean esta película. El target de público que amará esta producción.
En estos días donde la tendencia de Hollywood es trabajar los cuentos de hadas con enfoques más oscuros, como vimos en muchos filmes recientes, La Cenicienta dirigida por Kenneth Branagh apostó a brindar una propuesta de fantasía más clásica.
Seguramente algunos le objetarán que no ofrece una visión distinta de este relato, pero esa versión ya la vimos en el film con Drew Barrimore en 1999. Salvo que Cenicienta sea retratada como una cazarrecompensas en el viejo oeste no hay tampoco demasiadas variantes para trabajar el cuento original.
Con una marcada estética anti Zack Snyder (el Darth Vader de los colores en Hollywood) este film de Disney vuelve a revivir el cine de fantasía inocente y clásico que logra brindar un gran espectáculo familiar.
El Dato Loco:
Durante la escena del baile entre Cencienta y el príncipe se pueden observar a varias actrices de fondo que visten los clásicos trajes de gala de las protagonistas de La bella durmiente, La bella y la bestia, La princesa y el sapo y La sirenita.