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El musical más grande de todos los tiempos.
No lo digo yo sino que los hechos hablan por sí mismos.
El Fantasma de la Ópera es considerado en el mundo del entretenimiento el espectáculo más exitoso de la historia.
Hubo muchísimas grandes propuestas desde que debutó en 1986 pero ninguna pudo conseguir el fenómeno popular de esta
obra maestra de Andrew Lloyd Webber.
Desde hace años tiene el récord de taquilla en Broadway con 845 millones de dólares y se estima que alrededor del mundo generó 5. 1 billones de dólares.
A esto se suma que fue visto por 130 millones de personas en 147 ciudades y 27 países.
El pasado mes de febrero se cumplieron en Estados Unidos las 10 mil funciones, lo que convirtió a este espectáculo en la obra con mayor vigencia en la historia de Broadway. Ninguna otra producción pudo aguantar tanto en cartel.
En otras palabras, el fantasma es implacable.
Un verdadero clásico que dentro de 20 años va a seguir cautivando al público como lo viene haciendo en las últimas décadas.
Pese a que tiene muy poco que ver con la excelente novela de Gastón Leroux (que recomiendo leer) Webber brindó una gran historia de amor con estos personajes que aunque la viste varias veces nunca te aburrís de disfrutarla otra vez.
Esta versión que se está exhibiendo en las pantallas digitales de todo el mundo no es una función más filmada para el cine.
Se trata de un acontecimiento histórico que se hizo para conmemorar el 25 aniversario de la obra.
La función realizada en el famoso Royal Albert Hall de Londres tuvo como protagonistas a Ramin Karimloo (Fantasma) y Sierra Borgess (Christine Daaé) que son dos de los cantantes de ópera jóvenes más importantes que surgieron en los últimos años y hace rato vienen trabajando en esta producción.
Ambos fueron también las estrellas de la secuela de esta obra, Love Never Dies, que pronto llegará a los cines.
Webber los escogió para esta función especial que se transmitió el año pasado en vivo en muchos países.
Disfrutar esto en una pantalla digital no tiene precio, ya que es un espectáculo impresionante con una puesta en escena deslumbrante.
Hay que destacar una vez más la labor de los directores Lawrence Connor y Nick Morris.
Morris fue responsable del concierto de AC/DC en River Plate y es un especialista a la hora de capturar estos eventos en formatos fílmicos.
Debe ser uno de los mejores realizadores que hay hoy en día para estas cuestiones y no en vano dirigió también la función del 25 aniversario de Los Miserables y el show del Cirque du Solei, Alegría.
Obviamente no es lo mismo ver un evento de estas características en el cine o en dvd que en una butaca del Royal Albert Hall.
Sin embargo, el modo de narrar y editar el espectáculo que tiene Morris genera que uno viva una experiencia diferente.
Al igual que el recital de AC/DC en Buenos Aires el director trabaja con numerosas cámaras que registran detalles en las interpretaciones de los artistas que de haber estado ahí presente no hubieras podido notar.
Lo que quiero destacar con esto es que no pusieron una cámara en un trípode y filmaron la función como esos conciertos de ópera que pasan en Film & Arts.
Acá hubo una tarea importante de realización con ángulos y movimiento de cámaras pensados para brindar una experiencia especial en el cine.
Y creo que lo consiguieron, porque además el sonido es tremendo.
Después de la imponente función, cuando los artistas saludan al público, aparece Andrew Lloyd Webber quien da un pequeño discurso y presenta a los protagonistas originales de la obra en 1986, Michael Crawford y Sarah Brightman.
Luego Webber hace la Gran Marvel y le regala al público dos históricos números musicales de yapa que fue el cierre perfecto para este aniversario especial de El Fantasma de la Ópera.
Un estreno imperdible que los seguidores de esta obra no deben dejar pasar.