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Una película que aporta una importante contribución a la lista de las grandes parejas cinematográficas sin química.
En el pasado tuvimos algunas históricas como la de Dan Aykroyd con Kim Basinger ( Mi novia es una extraterrestre), más recientemente Nicole Kidman con Will Ferrell en (Hechizada), Angelina Jolie y Johnny Depp (El Turista), Clive Owen y Julia Roberts (Closer), Tom Hanks y Audrey Tautou (El código Da Vinci), Natalie Portman y Hayden Christensen (Star Wars), Reese Whiterspoon y Vince Vaughn (Navidad sin los suegros) y como olvidar a Jennifer López con Ralph Fiennes en Sueños de amor.
Sólo Hollywood lo hizo posible.
La lista es más larga y estos son algunos ejemplos.
Son esas duplas que sencillamente no transmiten nada juntos y por más que lo indique el guión cuesta bastante creerte lo que viven sus personajes en las películas.
El caso de Keira Knightley es loco porque prácticamente no tuvo química con nadie en sus filmes.
Con esta pareja que arma en este proyecto junto a Steve Carell vuelve a ocurrir lo mismo.
El casting de los personajes acá fue totalmente errado porque los protagonistas tiene cero química entre sí y eso se transmite en la historia.
Al igual que ese bodrio pretencioso de Melancholia, que dirigió hace poco Lars Von Trier, el Emperador del cine snob, en este film se propusieron trabajar una típica historia sobre el fin del mundo con un enfoque diferente.
Acá no hay grandes secuencias de acción a lo Michael Bay o Roland Emmerich, sino que se trata de una road movie que retrata las experiencias cotidianas que viven dos personajes durante los últimos días de la humanidad y cómo la gente enfrenta una crisis de ese tipo.
A diferencia de lo que vende el trailer, la película en realidad se centra más en el drama que en la comedia con un mensaje sobre la importancia de vivir el presente en el acá y el ahora que estuvo mejor trabajado en Cars, de Pixar.
Buscando un amigo en el fin del mundo es un film aburrido que tiene su falla principal en la elección de los dos protagonistas y el enfoque de la historia.
Como ocurrió hace poco con Amor imposible (Ewan MacGregor), no queda claro que quiso hacer la directora con este film.
¿Es una historia romántica? ¿Un drama social sobre la humanidad? ¿Una road movie disparatada?
Al final termina siendo una mezcla de estas cosas que no termina por convencer.
Por otra parte, la historia de amor entre Steve Carell y Keira Knightley es absolutamente inverosímil y no transmiten nada juntos por la sencilla razón que no tienen química entre sí. Por consiguiente, es imposible creerte el romance de los dos personajes.
Carell interpreta otra vez al hombre cuarentón deprimido que ya hizo en otros filmes y Keira está a cargo de un personaje que se vuelve más irritante con el transcurso del film.
Lo último que uno podría desear en una crisis apocalíptica de este tipo es pasar tiempo con esta pareja.
Son personajes sumamente aburridos con los que cuesta conectarse emocionalmente, ya que no despiertan el mínimo interés.
Lo peor de este estreno es que no es una producción mala ni buena sino intrascendente y difícilmente quede en el recuerdo luego de conocerla.