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El Lorax es en mi opinión la obra maestra de Dr. Seuss, un genio de la literatura infantil que en Latinoamérica nunca tuvo la difusión que se merece, a tal punto que hoy todavía es complicado conseguir sus trabajos en las librerías.
Lo genial de su arte, como ocurre también con L. Frank Baum, responsable de la saga de Oz y Michael Ende (Momo), es que detrás de la fantasía y diversión que tienen los libros, las historias brindan excelentes valores de vida que no está mal recordarlos una y otra vez. Especialmente en los tiempos que corren.
Este relato siempre fue mi cuento favorito de Seuss porque representa la labor más oscura y controvertida de su carrera, donde el poderoso mensaje que dejó fue muy criticado cuando se publicó por primera vez en 1971.
El Lorax fue muy polémico en su momento porque el autor se tiró en contra de las grandes corporaciones que en Estados Unidos generaban contaminación en el medio ambiente, además de criticar la filosofía de vida capitalista y la obsesión que tienen en esa sociedad con el tema de hacer dinero a cualquier costo.
Lo cierto es que el libro estaba tan bien hecho que su mensaje inclusive hacía reflexionar a grandes y chicos sobre la importancia de respetar a la naturaleza y no perder el contacto con ella.
De hecho, la primera adaptación televisiva dentro de la animación que hicieron en 1972 David DePatie y Fritz Freleng (responsables de la serie de La Pantera Rosa) llegó a ser censurada en algunas ciudades norteamericanas porque las compañías industriales presionaban a los canales para que no se emitiera, ya que el mensaje anticapitalista en contra de los empresarios afectaban su imagen y los negocios.
Por todas estas cuestiones El Lorax es especial en la obra de Seuss.
Esta nueva versión animada que llega al cine realizada por el director de Mi villano favorito, Chris Reanaud, se destaca por conservar el espíritu y el mensaje del libro, pese a los numerosos cambios que le hicieron al relato.
Modificaciones, que por otra parte, eran bastante predecibles, ya que resultaba imposible llevar el cuento (que no supera las 30 páginas) a la pantalla grande sin expandir situaciones o agregar cosas en un largometraje.
A diferencias de otras producciones donde estos retoques terminan haciendo desastres, acá dentro de todo el mensaje del Lorax se mantuvo intacto.
La mejor prueba de esto son las reseñas negativas de los críticos yankees conservadores, que en varios medios le pegaron a este film por considerarlo una “propaganda socialista”. Los mismos sujetos que después recomiendan mamarrachos fascistas y ultrapatrioteros como Act of Valor o Batalla. Los Ángeles que le rinden pleitesía a sus adorados marines.
El Lorax sigue siendo un grano en el trasero para determinados sectores de esa sociedad y este film volvió a demostrarlo.
Visualmente la película es fascinante por los escenarios coloridos y psicodélicos que tiene la historia, que además cuenta con un muy buen uso del 3D. En este caso le agregaron más humor y persecuciones al conflicto, donde inclusive incorporaron un nuevo villano como es el empresario enano O´Hare que no existía en la obra original.
El único problema que le encuentro a esta adaptación es que entre los cambios que le hicieron al relato, terminaron por generar que el Lorax quedara relegado a un rol muy secundario, cuando el título del film se refiere a él.
Es una pena porque el personaje es maravilloso y Danny DeVito hizo un gran trabajo con el doblaje en castellano.
Me hubiera gustado ver una mayor presencia del Lorax.
Pese a todo, reitero, la historia conserva el espíritu del libro original y eso ya la convierte una gran producción para los más chicos. La verdad que está bueno tener en la cartelera una película que no se hizo únicamente para vender muñequitos en restaurantes de hamburguesas, sino que es una propuesta entretenida que tiene algo para decir.