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Tron: El legado es claramente uno de los eventos cinematográficos del 2010.
Los 28 años de espera que se tomó Disney para hacer esta secuela valieron la pena porque el espectáculo de ciencia ficción que propone este film es imponente y sumamente entretenido.
Tron fue una película atípica de Disney que en 1982 generó muchísima polémica en Hollywood al presentar por primera vez en la historia de este arte efectos visuales generados por computadora. Para muchos artistas esto era una desgracia ya que entendían que arruinaba al cine y lo convertía en otra cosa.
Hoy la animación digital es una herramienta imprescindible para las grandes propuestas pochocleras de todo tipo de género y dejó de ser visto como un enemigo del cine.
Lo cierto es que Tron tuvo la mala suerte de ser un film absolutamente adelantado a su tiempo y la gran mayoría del público le dio la espalda cuando se estrenó en su momento.
Sin embargo, con el tiempo se convirtió en un fenómeno de culto importante cuando se editó en video y se pasó por televisión.
La película tuvo una gran influencia en muchos artistas que luego trabajaron en Hollywood, como por ejemplo, John Lassetter, el fundador de Pixar, quien descubrió en Tron un potencial enorme en la animación computada para ser trabajada en el cine.
Durante años Disney ocultó a Tron como la oveja negra de la familia, a tal punto que llegamos a diciembre de 2010 y la película todavía no fue editada en dvd y el 90 por ciento del público que va a ir al cine este fin de semana no recuerda o directamente ni registra la existencia de Tron. Hasta la serie de Los Simpsons hizo chistes con este tema.
Una enorme estupidez de esta compañía que tranquilamente podía haber sacado antes el dvd para ayudar a difundir la secuela.
Este error de Disney convirtió a El legado en una propuesta muy jodida de vender, porque es complicado desarrollar la continuación de una historia que se hizo hace más de veinte años y mucha gente desconoce.
De todas maneras, creo el enfoque que le dieron a esta producción fue inteligente.
Tron: El legado tiene un espíritu retro ochentoso que captura la esencia de la obra original, pero a su vez brinda una gran aventura pochoclera que puede ser disfrutada por todo el mundo, aunque no conozcan la primera.
Es interesante porque trabajaron muy bien la trama con el personaje principal que interpreta Garret Hedlund, uno de los mejores actores jóvenes que laburan hoy en día en Hollywood, pese a que su nombre no es muy conocido.
De alguna manera, Sam Flynn representa a los espectadores nuevos que al igual que el héroe del film va a descubrir el mundo de Tron por primera vez.
Los fans veteranos van a seguir esta historia desde la visión de Jeff Bridges, quién se destaca con la interpretación de dos personajes totalmente distintos, cortesía de la tecnología actual.
Con una banda sonora de Hanz Zimmer, que por momentos nos remite a los últimos filmes de Batman de Christopher Nolan, esta secuela te engancha desde el comienzo y te sorprende con una experiencia visual maravillosa para ser disfrutada en 3D desde el momento que el protagonista entra al mundo virtual de Tron.
Sí, el guión no es una obra de Isaac Asimov precisamente, pero tampoco lo fue el argumento de la primera que se centró más en los efectos visuales.
La secuela va por el mismo camino con la particularidad que la tecnología de hoy te permite vivir el concepto del mundo Tron desde un lugar diferente.
Las secuencias de acción son impresionantes y en la pantalla del IMAX se van a convertir directamente en un espectáculo inolvidable.
Creo que lo más importante de esta película es que ofrece un gran entretenimiento que adapta a este clásico a las nuevas generaciones sin distorsionar el espíritu de la original.
Imperdible la participación de Michael Sheen .
Es increíble que se trate del mismo tipo que actualmente podemos ver en El día del juicio final. Esos son los actores de verdad.
Tron: El legado no es una película emblemática que te va a cambiar la vida como cinéfilo, pero sí se destaca como una de las mejores producciones de Disney en estos últimos años fuera de los dibujos animados.
Grandes secuencias de acción, un admirable buen uso del 3D, la banda sonora de Zimmer y Daft Punk, más el regreso de Jeff Bridges como Kevin Flynn son los elementos principales que componen esta gran secuela que merece su recomendación.
EL DATO LOCO:
La película representa la ópera prima de Joseph Kosinski, quien se hizo conocido por su trabajo con la tecnología CGI en la publicidad. Al comienzo del film cuando Jeff Bridges habla con su hijo se puede ver el disco de la película El abismo negro, otro clásico emblemático de Disney, de ciencia ficción, de 1978.
Hace unas semanas el estudió confrmó que Konsinski será el encargado de dirigir la remake de esa historia programada para el 2012.