Hugo Zapata:- Antes que nada, quería preguntarte por la historia real que inspiró la película.
¿Se trata de una leyenda urbana o fue un acontecimiento verídico que salió en los diarios?
Gustavo Hernández:- Sí, es un acontecimiento verídico. Está inspirada en hechos reales. Yo siempre hago la distinción entre “basada” e “inspirada” y te voy a explicar por qué. En la década del ´40 salió en Uruguay una crónica que dos cuerpos habían sido mutilados en una casa de campo y se encontraron una serie de fotografías.
A partir de ese hecho lo que hicimos nosotros fue buscar las crónicas de ese momento y las versiones de los diarios diferían con lo que habíamos escuchado sobre este caso.
Lo que hicimos en la película básicamente fue recrear los últimos 78 minutos de esos cuerpos mutilados. Lo que pudo haber pasado en esa casa en los últimos minutos. Eso sí es parte de la ficción. Se trata de lo que nosotros nos imaginamos que pudo haber ocurrido en ese lugar.
H Z: -Mencionabas que la historia surgió en los años ´40. ¿Cómo llegaste a tomar conocimiento de este caso por primera vez?
GH:- Son historias que me llegaron a través de un grupo de amigos cuando nos estábamos contando relatos fantásticos. A mí me apasionan estos temas y ahí surgió esta leyenda de esos cuerpos mutilados que empezamos a investigar. Lo que se encontró concreto es el hecho de los dos cuerpos, pero nunca se llegó a profundizar que pasó con ellos. Inclusive había periódicos que se contradecían sobre el mismo hecho. Por eso en los créditos de la película pusimos “inspirada” y no “basada” porque no llegamos a saber qué pasó realmente.
HZ: - Gustavo, no existía en el género de terror antecedentes de una película filmada íntegramente en una sola toma
¿Desde el comienzo del proyecto pensaste en abordar la narración de esta manera?
GH- Sí. Mirá, a mí me gustan las historias fantásticas pero no soy un gran fanático del género de terror. Me gusta, pero no soy un tipo que realmente vea cinco películas de ese estilo por semana. En cambio el productor de La casa muda, Gustavo Rojo, es un gran fanático del género. Nosotros hace rato que teníamos un proyecto de hacer algo juntos. Estábamos metidos en el tema de la publicidad y él me propuso hacer una de terror.
Yo la verdad que no quería saber nada. Era mi ópera prima y no estaba convencido de comenzar mi carrera con una de terror. Entonces se me ocurrió hacer un film más experimental. Sobre todo porque apenas teníamos ocho mil dólares para hacer la película. Ahí le propuse a Gustavo hacer un film donde el público pudiera sentir lo mismo que vivía la protagonista, sin la manipulación de la edición.
HZ- ¿Ese era el objetivo que te habías propuesto al encarar la dirección por ese rumbo?
GH:-Sí, la meta principalmente era que el espectador se metiera en la cinta y viera que no hay ninguna manipulación. Es decir, lo que está pasando está pasando frente tuyo y alguna sensación te tiene que provocar eso. Eso es lo que a mí me atraía del proyecto.
HZ: El desafío del plano secuencia es que al mínimo error tenés que comenzar todo de vuelta.
¿Cuántas veces filmaste la historia hasta que encontraste la toma correcta?
GH: Tuvimos alrededor de dos meses de planificación. La hicimos varias veces. Lo que más no complicó fue la coreografía entre los actores y el equipo. Mientras nosotros nos movíamos con la cámara para un lado, los actores se tenían que mover en otra dirección para dejarnos pasar. Hubo días que fueron muy frustrantes y las lágrimas de la protagonista eran reales porque había un cansancio físico y mental muy grande. Nosotros nos habíamos propuesto hacer la película en cuatro días y al final tuvimos que agregar otra jornada porque no nos salían las cosas. Mientras se pasaban los días con ensayo y error fuimos puliendo el rodaje. Mirá que hicimos un storyboard, minuto a minuto, pero lo que habíamos propuesto en el papel, muchas veces en la realidad nos complicaba. Por eso también nos dejamos llevar por la propia experiencia y el instinto.
HZ: -Ahora, debe haber sido todo una experiencia para Florencia Colucci, la protagonista, cuyo personaje vive emociones muy fuertes durante la historia ¿no?
GH:- Sí, la verdad que la película está sobre sus hombros, porque toda la tensión recae sobre ella. El fílm no sólo es un cúmulo de sustos, sino que a veces la cámara se aleja de ella para retratar la soledad y las diferentes emociones que vive. Era una montaña rusa y muchas veces mientras filmaba le tenía que dar indicaciones, porque era tanta la información, que no sólo tenía que tener clara la construcción del personaje, sino los movimientos de las cámaras.
HZ: -Claro porque en un plano secuencia no podés detener la filmación para hacerle una sugerencia a la protagonista. Por cierto, ¿cómo te manejaste con la dirección de actores?
GH:-Bueno, uno de los trabajos más grande que tiene la película es el sonido, porque se tuvo que reconstruir muchísimo después del rodaje. No sólo por los pasos del equipo técnico, sino por las indicaciones que yo daba constantemente a los actores. La verdad que fue un desafío muy grande y a los actores les encantó. Sobre todo porque acá no estábamos cortando las escenas como se hace generalmente, entonces ellos estaban permanentemente metidos en sus roles. En este caso el personaje principal iba fluyendo naturalmente y con las emociones pasaba lo mismo.
HZ:- El trabajo de Florencia me pareció clave en la película.
¿Cómo llegas a ella?
GH:-Florencia no tenía ninguna experiencia a nivel audiovisual y estaba haciendo teatro. Surgió en un casting abierto que hicimos de 300 personas y finalmente quedó ella. Era muy importante la protagonista porque en ella se basaba todo este experimento. Tenía que ser convincente durante muchos minutos con la cámara muy cerca de ella. Por eso nos tomamos bastante tiempo para hacer el casting.
HZ:- La casa muda fue filmada con una cámara digital de fotos Canon Mark II, que sorprendió por su calidad de imagen.
¿Cuál fue la mayor dificultad que te presentó su uso durante el rodaje?
GH: Nosotros hicimos el rodaje a finales del 2009 y en ese momento era una cámara muy nueva. Se hizo una experiencia en el cine en Estados Unidos pero nunca llegó a trascender ni se exhibió. Un problema que tuvimos es que solo filmaba 30 cuadros. Cuando nos seleccionaron en Cannes, allá todas las películas se exhiben en 24 cuadros y teníamos que hacer obligatoriamente la transferencia. Eso fue un tremendo dolor de cabeza. Intentamos solucionarlo en Argentina pero no pudieron hacerlo. Fuimos a Europa y finalmente lo terminamos haciendo en Francia. Esa fue la mayor complicación, que ahora encima se corrigió. Actualmente esa misma cámara filma en 24 cuadros.
Pero bueno, de todas maneras, es una herramienta que nos dio la posibilidad de movernos con mucha libertad por todo el set con una calidad de primera.
HZ:- Algo que me encantó de la película (lo mencioné en mi reseña) es como convertiste a la casa, a través de la narración, en un personaje más de la historia.
¿Cómo conseguiste esa locación tremenda y dónde se encuentra realmente?
GH: Esa casa está muy cerca de Montevideo y como decís vos pasó a ser una protagonista más de la historia. Eso siempre lo tuvimos claro. Hicimos una búsqueda muy grande de locaciones durante varios meses y no encontramos el lugar adecuado.
Primeros empezamos por hoteles abandonados pero no hubo caso. Finalmente el productor, que trabaja en Uruguay en la televisión, se acordó que una vez hace varios años, había grabado una entrevista en una casa particular y fuimos a verla.
Fue bastante cinematográfico lo que nos pasó. Ya había caído el sol y nos metimos por una arbolada en medio de un camino de tierra. De repente se nos apareció la casa y me sorprendí. Eso era lo que buscaba.
Resulta que nos presentamos al dueño y le explicamos que queríamos hacer un film de horror y el tipo nos dijo: “Vinieron bien, esta casa es la indicada” (risas).
El dueño tenía esta casa de piedra y madera de dos pisos y el hombre sólo iba al piso de arriba una vez al año. Se manejaba solamente con los ambientes de abajo. Entonces la casa en esa parte estaba como paralizada en el tiempo. Cuando nosotros subimos nos encontramos con lo que se ve en la película.
Cuando empezamos a trabajar le dije al director de arte que no tocara nada porque era realmente espectacular como estaban las habitaciones.
Bueno, el recorrido que hacen los protagonistas en el lugar al comienzo del film es el mismo que yo hice cuando descubrí la casa por primera vez. Me impactó tanto que lo filmé de la misma manera.
HZ: Es un muy buen impacto visual en la historia. Ahora, ¿se desarrolló con normalidad el rodaje? Te lo pregunto porque tiene un aspecto macabro ese lugar.
GH: Sabés que en el piso de arriba había una habitación con cosas de pintura. Yo estaba concentrado en los ensayos y el rodaje, pero miembros del equipo técnico me comentaron que pasaban cosas raras en ese lugar. Por ejemplo, a uno en un momento se le cayó una botella y cuando intentó salir del lugar una escoba traspasó la puerta y le bloqueó el camino como si le intentara impedir el paso. Me pasó con un técnico que no quería subir más a la parte de arriba y le tuvimos que hablar para que siguiera trabajando (risas). Le explicamos que no pasaba nada. Estaba tan pálido y tenía tanto miedo que nos empezamos a sugestionar.
Aparte estábamos ahí horas y horas en el medio de la nada y te daba como un poco de cosa…
HZ: -Desde mi visión, a la película la encontré muy en sintonía con las cosas que se vienen haciendo en el cine europeo últimamente. Especialmente el cine francés y español. ¿Para La casa muda fueron una influencia estos estilos?
GH: Nosotros nos basamos principalmente en el cine francés de terror. Hay una par de películas que nos influenciaron bastante que tienen que ver con las historias de intrusos. Hace poco los norteamericanos hicieron una, como fue Los Extraños. Es una clase de terror muy realista que a cualquiera de nosotros le podría pasar. Más allá del terror psicológico que tiene que ver con elementos espectrales, La casa muda se maneja principalmente con un miedo intruso. Sí, el cine de terror francés fue una gran influencia.
Por supuesto hay otras películas como Rec o Actividad Paranormal, pero son filmes con un lenguaje muy distinto al de La casa muda.
En nuestro caso el film tiene una narración donde la cámara no es simplemente subjetiva. Muchas veces la cámara se aleja para ver la soledad del personaje principal y en otros casos corre para tratar de registrar otro tipo de sentimientos.
HZ:-La repercusión que tuvo la película en Cannes fue fabulosa, donde recibió muy buenas reseñas de la prensa internacional.
¿Cómo viviste esa experiencia?
GH: Esto empezó como un proyecto minúsculo, porque verdaderamente es una película hecha con amigos, con muy poco dinero. De repente colgamos el trailer en Internet y nos llamó un jurado de Cannes porque le interesaba la propuesta. El film ni siquiera estaba terminado, porque estábamos trabajando el sonido en Argentina. Mandamos una versión incompleta con algunas cuestiones técnicas que nos tenían ocupados en ese momento y cuando nos dijeron que habíamos sido seleccionados no lo podíamos creer.
Es el sueño del pibe. Éramos un grupo de flacos que nos gustaba el cine y el género y de repente estábamos jugando en ligas mayores. En Cannes! Era una locura y nos abrió muchas puertas.
Nosotros teníamos pensada estrenarla en alguna sala perdida de Uruguay y esto nos dio la posibilidad de estrenarla en más de 31 países y hasta de vender los derechos de la remake a los norteamericanos.
HZ:- Te quería preguntar por eso. Este año se va a conocer la remake, Silent House, que dirigieron Chris Mantis y Laura Lau (responsables de Mar abierto). ¿Tuviste alguna participación en esa versión o sólo vendiste los derechos?
GH: La remake se encuentra en post producción y se exhibió en el Festival de Sundance. Comercialmente todavía no se estrenó. Sí, tuvimos que ver con el film porque nuestro agente de ventas en Europa es el productor de la película, entonces está todo vinculado. Para nosotros es algo sumamente importante. Primero porque es la primera producción en la historia del cine uruguayo sobre la que se hace una remake. O sea, imaginate lo que te estoy contando y como arrancó todo. Mi productor me propone hacer una de terror con muy poca plata. De hecho, me dijo en un momento, “cambio el auto o hago la película”. (risas).
Después terminamos en Cannes y ahora estamos hablando de una remake! Es una locura.
Con los directores de la remake estuvimos en contacto. Ellos compraron el concepto de la película y al igual que nosotros se enfrentaron con mil problemas cuando entraron en producción. Las mismas cosas que atravesamos nosotros, entonces, el asistente de dirección, el fotógrafo y yo mismo los asesoramos en esas cuestiones.
Les dimos una mano desde la experiencia que nosotros tuvimos con La casa muda.
HZ: ¿La historia va a ser la misma?
GH: La historia es de alguna manera la misma, pero más digerida. El corazón es el mismo pero hay algunas diferencias. Los americanos tienen un humor un poco más directo que es funcional para su público. Por ahí pasan más que nada los cambios.
HZ: ¿Estás trabajando en alguna nueva película?
GH: Sí, con el mismo equipo estamos trabajando en algo nuevo. También está eso. Con la puertas que se nos abrieron hay varios productores que están interesados en hacer algo. Hay una nueva ola de cine de terror latinoamericano que de a poco se está expandiendo. En Cannes, había dos películas latinas de este género y se está convirtiendo en algo importante.
Estamos con un nuevo proyecto. Te voy a adelantar el título. No se lo dije a nadie todavía. Se va a llamar “El funeral de Elbert Kurman” y también es de terror.
No vamos a traicionarnos a nosotros mismos y va ser un film que va a tener todo un toque experimental. Obviamente vamos a tener más presupuesto, pero no vamos a dejar de arriesgarnos.
HZ: Al final que no eras fan del cine de terror, ahora te hiciste seguidor!
GH: Sabés que sí (risas). Aparte ahora estoy obligado a ver películas. Tengo que estar en el tema porque estamos escribiendo el guión con el productor y todo el tiempo me cita referencias.
Muchas veces se trata de filmes que son muy viejos o son muy difíciles de encontrar en el video club.
HZ: Quiero cerrar la entrevista con este concepto que mencionaste.
Eran un grupo de pibes que tenían una idea y se la jugaron y el film se terminó convirtiendo en algo grande. Si hay algún lector que encuentra esta entrevista y tal vez es un director o estudiante de cine que está en la misma situación, ¿qué consejo le darías?
GH:El consejo es que si realmente te enamorás de lo que hacés, no hay trabas. Hay que arriesgarse para hacerlo. Nosotros tuvimos suerte que lo de Cannes nos abrió puertas, pero si no hubiera pasado nada y la estrenábamos en una salita chiquita de Montevideo, hubiéramos estado felices igual. Ese grupo de amigos se juntó con una idea y lo que hicimos, cada uno en lo suyo, fue tratar de alimentar esa idea y divertirnos. No hay impedimentos económicos.
La casa muda la hicimos sin nada, con una cámara de fotos que encima era prestada, porque no teníamos plata para alquilar una cámara profesional. Cuando realmente uno está convencido de lo que va a hacer, me parece que no hay paredes. Hay que arriesgarse y experimentar.
Al final del camino, casi siempre hay una recompensa.
HZ: Gustavo, muchísimas gracias por la entrevista.
GH: Gracias a vos, un abrazo.