Esta es su nota:
Es difícil disfrutar de la misma manera series y dibujos como Alf, Robotech o Los Simpsons sin el doblaje latino. En las voces originales en inglés no tienen la misma gracia.
Los actores de doblaje son los responsables de darles vida con sus voces a personajes entrañables con los que el público se encariña en los programas de televisión y el cine. Sin embargo, sus rostros no son conocidos ya que trabajan desde el anonimato.
En nuestro país el doblaje volvió a cobrar mucha fuerza desde hace un tiempo y cada vez son más las series animadas y películas que se doblan en Argentina.
Leto Dugatkin es una de las figuras que mayor crecimiento tuvo en los últimos años en este campo.
Además de ser la voz oficial del Disney Channel, trabajó en numerosas publicidades, documentales y series de televisión como Cazadores de mitos, Power Rangers, Arjuna, American Chopper y Merlín.
También trabajó para el cine en películas como High School Musical 2, Escuelas de Superhéroes, El viaje de Chihiro y Ponyo.
Actualmente se destaca en dos filmes en cartel como Gaturro y El Lince Perdido, donde interpretó al personaje principal.
Durante una agradable tarde primaveral nos encontramos para conversar sobre su interesante trabajo.
Hugo Zapata: La conclusión a la que llegué después de indagar en este tema es que el doblaje va más allá de tener una buena voz. Es una rama más de la actuación ¿no?
Leto Dugatkin: Sí, el doblaje es una rama más de la actuación y también es un servicio que se brinda. Por un lado tiene la cuestión artística que tiene que ver con la actuación, con tratar de emular lo máximo posible el personaje original que uno está doblando. Por otra parte, tiene la función de servicio, de brindarle a determinado grupo de gente, una facilidad para comprender el material que está viendo. Por ejemplo, niños, en el caso de los dibujitos animados, gente no vidente, que no podría disfrutar nunca una película si no estuviera doblada, y gente mayor que no puede leer subtítulos. Además se puede internacionalizar cualquier producción audiovisual para que pueda verse en todo el mundo de habla hispana.
La actuación tiene que ver con que hay que involucrarse con el personaje, porque si el doblaje no es creíble, la gente prefiere ver el original o leer los subtítulos. Que pasa en la mayoría de los casos (risas).
HZ: Ahora es loco no, porque yo siempre los vi a ustedes como los topos del arte. Están ahí metidos dentro de un estudio, nadie los conoce, pero llegan a un montón de gente que después los identifica por la voz de un dibujito animado. Debe ser loca esa relación con el público.
LD: Es que funciona así. Vos pensá que nuestro trabajo, no tiene cara, ni tiene reconocimiento en los medios y tenés también la diferencia del salario. El que dobla a los Simpsons, que es más o tan famoso que el que hizo la voz original, cobra el uno por ciento de lo que cobró el original. Nosotros no tenemos cara, no tenemos contratos millonarios, somos laburantes de esto y sí, el trabajo es totalmente encerrado. Todo pasa dentro de la cabina del estudio, se viene se graba el doblaje y listo. El que nos quiere conocer tiene que entrar en Internet, comparar los créditos o empezar a apelar a su propio oído para reconocernos. Ojo, que también tiene cosas a favor el cambiar las voces, porque acá no hay caras y uno puede dar con un montón de laburos. Por ejemplo, el pibe de Harry Potter que expuso su cuerpo y su cara y quedó atado a un personaje, le va a ser mucho más complicado conseguir otro personaje de algo muy exitoso que yo. Si a mi me toca doblarlo al pibe le hago un registro de vos. A la mañana hago eso y a la tarde me voy a grabar tranquilamente un documental del Discovery y sigo impune por no exponerme a la imagen.
HZ: Leto, nosotros arrancamos juntos como periodistas, en tu caso además como locutor. Hubo un momento en que viraste por completo a una rama más artística. ¿Cómo fue que te volcaste al doblaje?
LD: A mí siempre me interesó el periodismo y la locución. Es más, se lo sugeriría a alguien que quiera armar una carrera de comunicación que combine la locución con el periodismo. A mí el periodismo siempre me encantó. Lo ejercí poco, pero me queda como herramienta para aplicarla en otras áreas. La locución en un principio también iba a ser con el fin de conducir un programa de radio o hacer cosas publicitarias. El tema es que cuando estudié locución tuve la materia de doblaje, muy breve, y los poquitos ejercicios que hicimos me encantaron. Terminé la materia con un 10, con honores, y quedó.
Después apareció la posibilidad de ir a probarme en un estudio de doblaje y cuando le agarré la mano no paré y volqué mi carrera casi exclusivamente a eso.
HZ: ¿Qué es lo que más te gusta del doblaje en particular? Lo que más te apasiona.
LD: Lo que más me apasiona es cuanto me involucro yo en ponerle todo mi arte al personaje original. Cuando uso la palabra original me refiero al actor verdadero que grabo en la tele. Al que yo doblo, que puede hablar japonés, francés, chino, portugués, en todos los idiomas.
Tengo el don de la responsabilidad. Es decir, yo tengo que cumplir artísticamente con lo mismo que dio el actor original, estando ese personaje en el set de filmación, maquillado, con el vestuario y la presión de un director.
La diferencia es que lo hago en un estudio de grabación, de bermudas y ojotas, despeinado, sabiendo que después tengo que ir a buscar a los chicos al jardín. Tengo que dar lo mismo y ser igual de creíble. Ese es mi desafío.
Y lo que más me gusta es eso. Llego al estudio y me dicen de que va la película y mi personaje. Me dicen que el personaje es un policía, listo. Me meto el chip en la cabeza de que soy un cana.
Por ejemplo toda la carta creativa que recibió Matt Damon, por mencionar un caso, a la hora de armar un personaje la tengo que usar en dos minutos acá en Buenos Aires.
HZ: En consecuencia, es indispensable tener una preparación actoral. No basta con ser un gran locutor por lo que contás.
LD: No. Hace falta la formación actoral. En mi caso la tuve. Estudié teatro con Claudio Quinteros, Juan Acosta y todo eso suma recursos para poder meterse en personaje. También un poco para sorprender a los directores, es muy importante eso.
Ponele que el director de doblajes te dice que vas a hacer a un policía casado y a vos se te ocurre alguna sugerencia que se destaque en su lenguaje. Eso la formación actoral te lo da. Después está el tema de ser elástico cuando estás frente al micrófono. Voy a mirar la escena en que al tipo lo van a rajar del FBI. Ok, miro la escena, le miro la cara, los detalles.
El doblaje para mí es un gran malabar porque se conjugan muchas cosas en una fracción de tiempo y tenés que estar atento a que no se te caiga ninguna de las pelotitas. Tenés que tener buena articulación, buena dicción, buena actuación, buen lenguaje neutro. La mayoría de los trabajos que hacemos es para la industria que sale en español neutro desde Argentina. Tenés que estar atento, al guión, a la letra, si podés memorizarla. Y todas esas cosas son para decir, tal vez, “buenas noches” en una escena. Ese es el malabar.
Son dos palabras pero tengo que decirlo en el tiempo justo, con el neutro correcto, no me puedo equivocar. Sin embargo, a mayor nivel de exigencia, más eficiente sos y mejor te va.
HZ: Bueno, esto explica porque a veces los actores que son caras conocidas por el público de la tele o el teatro hacen un doblaje en el cine y les cuesta mucho lograr lo mismo. Pienso en Guido Kaczka en Chiken Little. Era horrible y no sonaba como los profesionales. ¿Cuál es tu lectura al respecto?
LD: Pasa que no tienen el entrenamiento del doblaje y hacen falta horas de vuelo hasta que lográs hacerlo bien. Tenés que entender que el doblaje va por otro lado. Por ejemplo, Guido Kaczka está acostumbrado a trabajar en estudios de tele, con cámaras, con directores, con 50 personas en el set. Nosotros somos tres. (risas) ¿Entendés? Está el actor al frente del micrófono, el director y el operador. Entender como es esa dinámica de trabajo, ya hace que comprendas por donde pasa el laburo. Los actores conocidos laburan en muchos casos como si estuvieran en teatro y esto es diferente. Por eso es muy importante el laburo del director.
HZ: ¿Es competitivo el mundo del doblaje? Me da la sensación de que a lo mejor un personaje que es perfecto para vos tal vez no lo es para otro actor, entonces no hay tanta competencia ni se matan por un rol en particular.
LD: La competencia que existe es por la cantidad de actores que hay en el elenco argentino. Esa es la competencia. En total no debemos ser más de 200 personas en actividad. Tenés los que son excelentes, muy buenos, regulares y malos, como en cualquier profesión. Entonces, llega una serie para doblar y ahí está el laburo del director en pensar quién puede doblar a cada personaje. El tema es que los actores no estamos tan pendientes del casting o de ir a pedirle al director el laburo. Sabemos que en ese caso el que decide va a elegir con buen criterio. Y otra cosa, como no somos tantos los actores en la industria, no hay tanta competencia. Es decir, viene una película y hay que doblar a Robert De Niro y hay dos tipos que realmente lo pueden hacer a De Niro. Entonces esa competencia es entre dos. No hay mucho más. Es muy raro que haya que doblar a un tipo como De Niro y el director empiece a probar mucha gente. En general se elige directo. Entonces vuelvo a lo de antes, más eficacia, mejor laburo, más chances de laburar en todo lo que aparezca.
HZ: Con respecto a tu rango de voz ¿tenés un target limitado de personajes que podés hacer?
LD: Bueno, en mi caso llevo casi 10 años en la profesión y lo que empecé haciendo siempre era a los adolescentes. Inclusive a los que físicamente se parecían a mí. Mi caja de resonancia, mi estilo, cuando empecé daba con el surfer de la película. En general tengo un registro de voz joven y siempre fui pegando al lindo de la serie, el héroe, el que es bueno, el policía honesto, no el garca, tipos muy delgados, el que se quiere ganar la linda del cole. Siempre fui por ese lado y con el correr de los años me fui animando a hacer personajes más maduros. Un tipo de cuarenta más reposado, algún personaje con un registro de voz más bajo, como Max en Gaturro, que hay que sostener. Pero eso también es laburo de actuación.
HZ: ¿El género de animación te da mayor creatividad a la hora de realizar un doblaje? ¿Lo disfrutas más o te da lo mismo?
LD: No absolutamente, lo más lindo que hay es doblar dibujos animados. Son cosas distintas. Con una película live action, donde tenés que replicar la interpretación del actor, como te dije antes tenés que seguir una línea de trabajo y concentrarte en muchas cosas técnicas. En el dibujito animado tengo la licencia totalmente dada vuelta. Me voy de tema con lo artístico y por ahí no lo respeto tanto el original. Yo no pierdo de vista que el actor original que hizo ese dibujito también creó una voz, aunque tampoco me alejo tanto porque hay que respetar la línea original.
Sin embargo, el dibujo te permite muchas veces mejorar el personaje. Hay muchos dibujos que se celebran por el doblaje más que la versión original, porque en ese caso el doblajista encontró otra cosa que el actor original no se lo daba.
HZ: Bueno, actualmente hay dos películas en cartel donde tenés roles importantes. Me gustaría empezar con Gaturro. Contame cómo creaste al gato bastardo Max, porque en ese caso no tenías ninguna referencia.
LD: La creación de Max fue un laburo conjunto entre lo que propusieron los dibujantes como boceto, lo que tenía el director en la cabeza, y lo que yo aporté como actor. Entre las tres patas salió esa voz que tiene el gato que llevó un proceso bastante largo de creación.
Gaturro viene dando vuelta desde hace dos o tres años y decidieron hacerla el año pasado. Mi primer contacto con el personaje fue a través de bocetos dibujados y pequeñas animaciones muy precarias en la computadora.
El director que sabía como es el guión me iba tirando pautas y ahí empezamos a crear. Max podía ser un gato muy concheto, un garca, podía hablar normal, pero bueno, el trabajo entre todas las partes dio ese resultado final que se escucha en el cine. Pensá además, que Gaturro y todos los personajes vienen de la historieta y nunca habían sido animados ni tenían voz. Había que crear de cero.
Yo quedé mano a mano con Mariano Chiesa para hacer a Gaturro. Fuimos a muchas pruebas. ¿Te acordás cuando armaban los castings de Bandana que ponían las fotos de las seis y veían como quedaban? Acá fue lo mismo. A ver si Leto hace el bueno, Mariano el malo o al revés y quedó esa configuración de voces.
De hecho llegué a grabar en un momento un par de trailers con la voz de Gaturro. Uno se pasó en el Festival de Cannes.
HZ: Ahora, ¿no disfrutaste más haciendo de villano? En la película me parece que tu interpretación de Max se destaca mucho más que la de Gaturro.
LD: Bueno, gracias, es una apreciación tuya. Sí, disfruté más hacer a Max porque en general no me tocan hacer villanos, siempre hago pibes buenos. El langa, el copado, el Power Ranger. En Disney siempre soy el bueno. Entonces ponerme en la piel de un hijo de puta fue distinto. (Risas)
HZ: Al final cuanto tiempo estuviste ocupado con la película.
LD: Fueron tres jornadas de cuatro horas cada una. En total 12 horas me llevó el trabajo en la película.
HZ: Y nunca viste la animación terminada ¿no?
LD: No porque trabajé siempre sobre bocetos. La animación se hizo sobre las voces. A medida que fueron avanzando las jornadas de grabación fui viendo la evolución en los dibujos. El 3D recién lo vi en el cine.
HZ: Teniendo en cuenta que sos tan obsesivo y detallista con el laburo en general (Nota: hemos compartido varias notas e investigaciones periodísticas con Leto), ¿te gustó cuando la viste en el cine?
LD: Si! Me encantó. Primero por haber formado parte de este proyecto que me pareció haber llegado a un lugar muy importante dentro del cine argentino. Es la primera película en 3D que se hace completa porque Boggie, el aceitoso no tenía tanto 3D. Después me encantó haber integrado ese elenco y ser parte de un proyecto que tiene que ver con Gaturro, que acá es un ícono de la cultura popular.
Además la película tiene una proyección internacional que hace que el trabajo realizado haya sido importante. No es una pavada.
Con respecto a escucharme a mi mismo, en realidad estuve más atento a la reacción de los nenes si se reían en las escenas graciosas, más que ver como sonaba yo en la historia.
Escuchar a la gente en la sala fue el parámetro para ver si lo que hice fue efectivo.
HZ: La otra película que tenés en cartel es El lince perdido, donde directamente sos el protagonista. A mi me impactó mucho, lo cité en mi reseña, como le diste más vida al personaje con tu interpretación que la versión original.
El animal sonó mucho más amigable que en la versión española. ¿Cómo construiste al lince con un enfoque distinto?
LD: Excelente pregunta. Fue nuevamente un trabajo conjunto entre el actor y el director. Acá no estamos hablando de un director de voz original. En Gaturro tuve que crear al personaje de cero, El lince perdido venía con el trabajo de un actor español que ya lo había hecho.
Es similar a lo que te conté con De Niro. En este caso el director buscó de los 200 actores que hay, quién es el que mejor le servía para el lince. Lo digo sin creérmela, habrá probado cuatro o cinco y dijo vamos con Leto.
El director sugirió que fuéramos por otro camino diferente a como sonaba el original. La idea fue aniñarlo un poco más. Probamos varias veces, al cliente le gustó y seguimos por ese camino.
Acá fue diferente porque es doblaje puro. En Gaturro la animación se hizo a partir de mi trabajo y las cosas que decía. Tenía más licencias. En el Lince tenía que respetar el mismo tiempo que el original.
Está bueno dejarlo en claro esto porque son dos técnicas distintas. El laburo en Gaturro fue voz original y en El lince perdido doblaje puro.
HZ: Ya que estamos con el tema de la interpretación. En Estados Unidos, Warner desde hace un tiempo lanzó el sello DC Universe Animated Movie donde desarrollan películas animadas con los superhéroes de los cómics. Bruce Timm, el productor ejecutivo, prefiere trabajar con todos los actores del reparto juntos cuando se graban las voces, ya que entiende que suma mucho más a la película.
¿Es tan grande la diferencia que hay con respecto a lo que escucha después el público si se graba al actor por separado?
LD: Brillante la pregunta! La forma que tiene de trabajar Bruce es una forma antigua.
Pensá que antes sin la tecnología digital se trabajaba con todos los actores juntos sentados en una butaca.
Ensayaban todos juntos y después se grababa el trabajo de todos. Ahora que pasa, si uno se equivocaba, le agarraba tos, etc, se demoraba la jornada.
Por ese motivo ese método se dejó de emplear y la nueva tecnología hizo que uno llegue al estudio, grabe su letra y si el trabajo del compañero está listo en una escena, su parte te la pasan por audio.
Ahora bien, por otra parte, la tecnología lo que hizo fue enfriar la calidad de la interpretación. Yo voy al estudio, estoy solo y antes contabas con la calidez de la respuesta del otro en un diálogo. Era un estímulo muy importante.
Lo positivo es que mejora la calidad de la actuación y genera un vínculo de convivencia con el actor en el estudio, que es fundamental. El cine y el teatro funcionan así. El doblaje no. También te ayuda a entender la letra en contexto, porque lo tengo al otro que me responde en vivo el diálogo.
La contra que tiene es que se pierde mucho tiempo. No te podés equivocar, tenés que estar mucho más afilado.
Pero lo peor es el tiempo. Tampoco podés estar tres días para grabar una película por lo que te pagan. Lo tenés que sacar en 12 horas, sino no te rinde. Además los actores de doblaje somos multi target. Por ejemplo, hoy a la mañana grabé un comercial, después me fui para Disney, después tenía la entrevista. Entonces si yo tengo que perder todo un día para grabar tres escenas, porque tengo que estar ahí, pierdo otros laburos que se presentan.
HZ: Leto, a mí no me deja de sorprender la enorme cantidad de series de animación muy populares como W.I.T.C.H y las japonesas Arjuna e Historias de fantasmas, por mencionar unos casos, que actualmente se doblan en nuestro país. Hasta no hace mucho tiempo ese tipo de dibujos se doblaban en México o en Venezuela. ¿A que atribuís ese cambio?
LT: En el caso del animé yo creo que las empresas finalmente se animaron a mandar ese género de cartoon que acá no andaba mucho. Hubo series que se hicieron acá como la vieja Candy-Candy (uno de los grandes padres del animé de 1976) que lleva más de 30 años en el aire y Cecilia Gispert, que es Candy, sigue viajando por el mundo dando charlas de su personaje.
Hace 30 años que hizo Candy-Candy!
Después hubo una brecha enorme donde acá no se dobló animé. Yo creo que se animaron por la calidad artística que hay y después también por costos. Ponele, tengo una serie de animé para hacer como Arjuna. En México me sale 10 en Argentina 8. Son dos mangos menos ¿se las mandamos? Y lo cierto es que quedaron realmente contentos.
De hecho, de Arjuna yo tengo mucha gente que es fana, inclusive Mario Pergolini habló bien de la serie. Ahí yo interpreté a Tokio Oshima, pero para mí es un género de trabajo más. Es decir, está el live action, el cartoon, el animé y el infomercial de Sprayette. Todo material para doblaje, no distingo y acá nosotros, los actores de doblaje, tampoco es como que hemos hecho algo especial, como para decir “vino animé, que bueno!”.
HZ: ¿Es complicado darle el tono neutro a los dibujos animados? Porque es como que el acento argentino está mucho más marcado frente a los mexicanos que habitualmente en sus vidas utilizan términos del neutro para comunicarse. “¿Te gusta mi chaqueta?” (Risas)
LT: Sí, es un desafió porque se cierra la puerta del estudio y tenemos que dejar afuera el “che”, “chabón” “¿qué hacés?”, “¿cómo andás?”. No, es “¿cómo estás?” y todas las eses tienen que estar puestas. Las líneas melódicas que tiene el neutro tienen que estar presentes, pero bueno, es parte del gran malabar del que te hablo. No podés hacer buen doblaje en neutro, si no tenés buen neutro. El tema es que de toda la región latina nosotros somos los que más tenemos que resignar acento local. A los mexicanos no les cuesta. Sólo tienen que entrar a actuar. Tienen el glosario del neutro, tienen una industria muy fuerte del neutro y la trayectoria. Ellos tienen una industria de más de 50 años. Nosotros fuerte, desde que Discovery desembarcó en el 1 a 1 a fines de los ´90. Levamos 12, 13 años de industria de doblaje.
Es una industria joven y siempre va estar el desafío del neutro.
HZ: Ahora, haciendo tarea de archivo di con el Dato Loco que Bambi, en 1943, fue doblada en Argentina para todo el mercado de habla hispana! Yo al menos me sorprendí con esto. Parece que después desapareció el doblaje local y Disney hace poco volvió a resucitarlo ¿Es así?
LT: Sí, Argentina fue el primer país en doblarle cosas a Disney. Por aquellos años acá había mucho radioteatro, con actores muy consagrados, que inclusive fueron invitados a Estados Unidos a grabar las voces en las películas. Si vos buscás la primera versión de Cenicienta, Bambi, Blancanieves, vas a descubrir que están habladas en argentino!
El doblaje original de esas películas que nosotros vimos de chiquitos están en argentino loco.
Lo que pasó es que en aquellos años acá en Argentina no se hablaba como lo hacemos ahora. Era un español rioplatense más refinado. Entonces los tipos tenían una cadencia que los escuchás hoy y decís “éste no es argentino”, pero eran argentinos. Te das cuentas porque faltan algunas eses, pero bueno, esos actores fueron convocados por Disney porque acá eran muy famosos en el radioteatro y el cine.
Después la industria del doblaje se perdió hasta los ´70 cuando Video Records y Estudios Alex y alguna que otra productora de televisión empezó a animarse a traer doblaje de vuelta con cuentagotas.
Lo más fuerte llegó con El show de Benny Hill, que sigue vigente hoy por el canal Magazine. Después cobró mucha popularidad la producción de La aventura del Hombre en los ´80 con la voz de Ernesto Frith, que se empezó a hacer en neutro porque se vendía también afuera. Luego se mantuvo con películas clase Z y con la llegada del cable y canales como Discovery y National Geographic, y para de contar, en los ´90 empezó a crecer la industria del doblaje.
Con el tiempo llegó Disney y otros grosos como el grupo Turner con las películas, dibujos y series y hoy sí es una industria.
El viaje de Chihiro en el 2001 , de los estudios Ghibli, donde interpreté a un sapo, fue el primer largometraje de la nueva era del doblaje que empezó a crecer.
HZ: Desde hace un tiempo sos la voz oficial de Disney Channel. ¿Te reconocen tus hijos en casa? ¿Cómo es trabajar en esa compañía?
LD: Sí, tengo la enorme felicidad que mi hijo Lucas, que tiene tres años ya me empezó a reconocer y entender de que trabajo. Algo que me gratifica enormemente.
Sí, en Disney soy la voz del canal, de la empresa, ya que no sólo tiene que ver con las películas. Grabo cosas para el dvd, material institucional, programas aparte y menciones comerciales. No es obsecuencia, pero es el mejor laburo que puedo tener.
Juego a lo que quiero. Es decir viene una promo y todo lo que hago en Disney me obligar a actuar. Entonces en una promo que es un material artístico que dura 20 segundos dejo la vida. (Risas).
HZ: Para vos es como trabajar en un parque de diversiones.
L: Sí por supuesto es un parque de diversiones y es un desafío constante, porque aparte llevando seis años, la cantidad de voces distintas que tuve que trabajar es enorme. Siempre tenés que sorprenderlos. Es el laburo más lindo.
HZ: En el último tiempo estás trabajando como director de doblajes. ¿Cómo funciona el trabajo de un director en este caso?
LD: Yo llegó a la dirección después de tener casi 10 años de micrófono. Decidí cuando me llego la propuesta dar el ok, para cruzar el vidrio y decir bueno, ahora mando yo.
El laburo del director en doblaje básicamente es mi mirada del trabajo a lo que me pueden brindar los actores. Es decir, yo tengo una visión sobre como debería ser el doblaje. Se trata de cómo quiero que suene ese material.
Ahí le tiro el lineamiento a los actores, que es algo que me da mucho placer.
El factor principal en la dirección es el humano. Hay que saber tratar a los actores. El actor se tiene que sentir querido, acompañado, respetado…
HZ: Contenido.
LD: total! Eso resume todo. Yo me sentía contenido con mis directores, entonces le llevo lo mismo al actor cuando estoy del otro lado. El director, además de ser el responsable artístico del material, tiene que saber manejar un código para bajar de la manera más eficaz a los actores lo que desea hacer. También tenés que lidiar con la gente que no es buena, que son de piedra hermano y es un tema.
El director tiene que exprimir al actor para que brinde lo mejor que tiene.
En este caso lo que hice fue dirigir documentales para el canal Encuentro, que si bien es doblaje, es en argentino no en neutro.
Canal Encuentro en los últimos años realmente abrió una cantera de laburo tremenda. Sobre todo porque pusieron Encuentro y Paka Paka, que es la señal para chicos dentro del canal. Le dio muchísimo trabajo a operadores, locutores, y productoras, Sin duda es la revelación de la industria audiovisual en Argentina.
HZ: Dos preguntas finales. La primera en realidad es una duda personal. En Discovery, sobre todo en el programa del gordo de las motos, American Chopper, está tu doblaje, que vos hacés de uno de los tipos y en un volumen más bajito se escucha la voz original. ¿Por qué hacen eso?
LD: Brillante, Hugo, brillante! (Risas)
HD: Pensé que era una boludés!
LD: No! Estás loco, vamos a explicarlo. Es así. Hay dos técnicas de doblaje, desde el requerimiento del canal. Uno es el doblaje en voice over, que deja de fondo el idioma original. La intención artística de esto es dar la sensación de una traducción simultánea, como en la entrega del Oscar. Por lo general ese doblaje (American Choper es una excepción) no está tan actuado.
Después tenés variantes dentro del voice over. Que se escuche un segundo en inglés y luego empiece el doblaje, que empiecen al mismo tiempo, que se respeten o no las pausas largas y que se hagan o no las interjecciones, si alguien llora o grita.
Infinito, por ejemplo, trabaja con voice over, pero las interjecciones no se doblan.
Si fuera sincro, que es la otra técnica tendría que hacerlo. El sincro es la técnica en que se reemplaza la banda original de sonido por la pista nueva de doblaje.
HZ: Ese es un laburo más artesanal ¿no?
LD: Claro, porque ahí tenés que estar atentos a todos los detalles. En el voice over como vos tenés de fondo el inglés te recostás, hay cosas que no tenés que doblar y no pasa nada.
El sincro en cambio es como el doblaje premium. Ahí tenés que respetar todo tal cual suena en la pista original.
HZ: Llevás diez años en esto con películas, series, documentales y dibujos animados ¿Todavía te seguís poniendo nervioso cuando entrás a la cabina del estudio?
LD: Siempre. Es inevitable porque te sometés a la dirección del director. Yo soy como un títere que me pongo a las órdenes de otra persona. Tenés incertidumbre por no saber que vas a grabar, ansiedad de conocer el guión, pero es una tensión linda.
Eso te genera una sensación especial de estar muy vivo y perceptivo. Esto también lo estudié en teatro. Tenés que estar de esa manera, para que todo lo que te vuelquen, todo lo que te digan, lo que mirás en el monitor te sirva para comenzar a crear. Con el correr de los años tardo menos en grabar, pero no por eso me relajo. Y aparte el mercado indica eso. Si te relajás, si lo vas a hacer de taquito, o llegás al estudio con cara de culo no te llaman más. Funciona así.
HZ: Leto gracias por esta entrevista a nuestra página.
LD: De nada, les mando un beso. Gracias a vos Hugo, la verdad que fue un placeraso.
La página web de Leto Dugatkin donde se pueden ver muestras de sus trabajos:
www.letodugatkin.com.ar